La atención continua de una persona dependiente, que necesita de nuestros cuidados, origina una gran sensación de estrés en el cuidador . Las diferentes maneras de afrontamiento de este estrés lleva algunas personas a suministrar directamente los cuidados al aumentar eso su sensación de control sobre la situación, lo que supone un alivio momentáneo.

Este tipo de comportamiento, aunque alivia la situación en ese momento, perpetua al cuidador como proveedor del cuidado, lo esclaviza, y reduce la autonomía de la persona dependiente mayor o no, ignorando las capacidades reales y potenciales que esta posee, aumentando así la dependencia.

Esto dificulta el logro del mantenimiento de la autonomía de la persona dependiente.

Un índice de la calidad de los cuidados que se proporcionan es el grado en que se fomenta la independencia y autonomía de la persona a la que se cuida.

Algunas sugerencias para el mantenimiento de la autonomía

MANTENIMIENTO DE LA AUTONOMIA

El mantenimiento de la autonomía y competencia de la persona que se cuida debe ser uno de los objetivos prioritarios de todo cuidador, para ello se tratara de :

  • Potenciar y favorecer que realice aquellas cosas que pueda hacer.
  • No realizar nosotros todas las cosas, de forma automática porque así nos resulta más sencillo.
  • Buscar activamente cosas que pueden hacer.
  • Establecer rutinas.
  • Recordarle que lo puede hacer.
  • Adaptar las actividades que se puedan a sus gustos y preferencias :

preguntarle que le gusta.

Asumir algunos riesgos.

Respetar sus costumbres.

Reforzar aquello que queremos que repita (tocándole, abrazándole,sonriéndole diciéndole !muy bien!)