El Trastorno de Personalidad Limite (TPL) se caracteriza por un patrón recurrente y persistente de inestabilidad en las relaciones personales , distorsiones de la autoimagen y una marcada impulsividad en varios contextos y un cambio frecuente y rápido de sus emociones.

Los sujetos con un TLP suelen tener sensaciones crónicas de vacío, conductas o gestos suicidas y comportamientos autolesivos, ira inapropiada o intensa o dificultades para controlarla, ideas paranoides transitorias y no soportan la soledad, realizando grandes esfuerzos para evitar el abandono real o imaginario.

Los síntomas inherentes a esta patología, su gran uso de los servicios de salud mental y su alta tasa de suicidio, hacen que estos pacientes puedan presentar una disminución de la calidad de vida.

Esta disminución de su calidad de vida se manifiesta en dos ámbitos; una discapacidad para realizar de manera funcional las tareas diarias, como son las relacionadas con el trabajo, los estudios o el autocuidado,y en un deterioro de la calidad de vida relacionado con la salud.

Esto se debe a la capacidad de los rasgos de personalidad , de nuestra forma de ser, para incidir en el estado general del sujeto.