Si bien no todos los cuidadores y familiares presentan consecuencias negativas producto del cuidado, los que las presentan no reaccionan todos de la misma forma, ni presentan los mismos síntomas.

Algunas de las consecuencias que se puede apreciar tanto en los cuidadores como en el contexto y estructura familiar son:

Cambios en el estilo de vida.

dificultades económicas y de vivienda.

Alteración en la comunicación entre los miembros de la familia.

Sentimientos de inseguridad y no saber que hacer de cara al futuro y en relación a las conductas problemáticas.

Efectos físicos como el ( como el agotamiento) y psíquicos (autoculpabilizaciones), angustia, depresión, sensación de estrés, frustración) en los cuidadores.

Cambios en los roles familiares, responsabilidades, desigualdades en la atención.

Alteración (reducción ) de los contactos sociales y de la conducta sexual habitual.